enero 20, 2021

Si me hubieran dicho que iba a volver a comer Gansito, Chocman o helado de manjar con el mismo sabor del original, no lo hubiera creído; pero Mari lo hizo posible. Este emprendimiento lleno de amor y sabores llegó para quedarse, porque una vez que pruebas sus postres es imposible que no te sumes a sus filas.

Por: Constanza Fueyo / @chilean.passport

“Te voy a mandar sabores sorpresa. Por favor pruébalos en un momento de tranquilidad, para que disfrutes al máximo cada sabor que preparé con tanto cariño”, así fue como Mari me presentó sus productos y yo quedé en real shock.

Le hice caso y busqué un ratito libre dentro de mi día para probar sus helados y postres. Acostumbrada a que lo vegano fuera rico pero hasta ahí no más, confieso que me quedé sin palabras para describir lo que probaba.

Maribel Plaza González, es estudiante de 5to año de química ambiental. Siempre trabajó como empaquetadora y con la pandemia perdió su trabajo rápidamente. “En ese momento era vegetariana en transición a vegana y extrañaba harto los postres, siempre fui súper dulcera”, cuenta. Gracias a esto es que vio una oportunidad en el mercado, al que entró con la idea fija de demostrar que los dulces a base de plantas no tienen por qué ser desabridos y aburridos. Francamente, lo logró.

Cómo explicar la cremosidad del helado de mantequilla de maní con caramelo, la acidez perfecta del de frutilla-frambuesa y la crocancia del de chocolate con oreo. Me sentí en el cielo. En ningún momento distinguí el sabor del plátano -que es la base de estos helados- y con cada cucharada solo quería más. Para rematar, no es que las galletitas, maní o leche condensada vengan solo por encima, no, son capas y capas hasta el final del pote.

Mari quiere transmitir que de una forma u otra las personas que no tienen una dieta vegana pueden sentirse parte de esto e incorporar de a poco opciones basadas en plantas a sus días. “Busco acercarme a todo tipo de público y abrir nuevas oportunidades de sabores. Si alguien no vegano elige uno de mis postres, para mí, es una victoria.”

Además de estas casatas heladas, decidió hacer sus propios Gansitos, Snickers y Chocman, altamente extrañados por mi paladar alérgico a la caseína. Jamás pensé que los volvería a disfrutar, pero déjenme decirles que el sabor es idéntico y mejor, porque la capa de chocolate es mucho más gruesa.

A futuro, Mari espera posicionarse en el mercado para poder hacer su emprendimiento aún más sustentable. Hoy recicla los tetrapack de las bebidas vegetales que usa, las latas de conserva, el vidrio, cartón y residuos orgánicos en su casa. “Más adelante me gustaría que mi proyecto fuera totalmente de acuerdo a mi postura ética sobre el medioambiente y el peligro que corre en este momento. Espero poder vender productos 100% libres de plástico, lo que aún no he podido hacer, pero sí he logrado vender la mayoría en vidrio y todo entregado en craft reciclable”, comenta.

Me podría extender horas intentando transmitir lo rico que es comer un helado de Mari Go Vegan pero por el bien de sus ojos llegaré hasta aquí. No se pueden perder sus chocolatosos, frutales y tropicales sabores. Su demanda es cada vez más alta; tanto que yo ya reservé mi cheesecake de oreo para mi cumpleaños…en marzo.

Instagram: @mari_govegan


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