septiembre 30, 2020

Barry la lleva. No sólo es un lindo monito, sino que también es una barra que puede ser un desayuno, colación e incluso antojo. ¡Así de ricas son! Y sus componentes son sólo frutos secos, fruta deshidratada y especias. Una gran diferencia si se compara con la competencia: casi todas con avena, harina o mantequilla de maní. Su lema es entre menos, mejor.

Por: María José Winter / @mjosew

Vamos al grano. Tienen nueve sabores, cada uno único y delicioso. Pero debo confesar que mi preferido es el de lúcuma nuez, que se parece a una torta manjar nuez en versión de snack saludable. La de cacao y coco fue su primera creación y es la más popular. Tienen una especie de snicker sanito en su edición cacao maní, una naranja miel perfecta para los resfriados, cacao café, cranberries limón (les prometo que es como comerse un pie de limón), una barra te chai, una con té matcha y una manzana canela. Desde octubre además, presentarán su nuevo sabor cacao avellana que su creadora dice que es igual que un Ferrero Rocher pero en su versión sana y natural.

Este proyecto nació hace dos veranos, cuando la fundadora Pilar Astorga subía cerros con sus amigos y buscaban un snack saludable con ingredientes reales, pero que al mismo tiempo tuviera un sabor rico. “Sentí que faltaba una barrita más fresca, algo más puro y simple; y principalmente con un sabor definido. Así nació la primera Barry que fue la de cacao coco. Mis amigos empezaron a correr la voz y terminé vendiéndolos a ellos y a los amigos de mis amigos”, explica Pilar.

Cocinera desde hace más de 15 años, ha trabajado la mayor parte de su vida profesional fuera de Chile. Barcelona, Venezuela, Nueva Zelanda y Francia le han dejado un registro de gustillos y combinaciones que -según ella-, le permiten imaginar cada sabor de las barritas y hacerlo real.

Desde un principio quiso enfocarse en este producto porque es el formato más clásico de un snack y porque la alimentación real y limpia debiese ser balanceada. Sus productos son sin conservantes, ni saborizantes artificiales, libre de gluten, sin lácteos, sin azúcar añadida y veganas (menos su versión naranja miel). Además que uno de sus fines es llegar a los colegios, donde siente que pueden jugar un rol importante enseñando que se puede comer rico y sano.

Partieron de a poco, en ferias y vendiendo por Instagram, porque la emprendedora debía combinarlo con su trabajo full time asesorando restaurantes. Pero con la pandemia estos lugares cerraron y esto le dio más tiempo para acelerar el proceso de su e-commerce y ponerse las pilas para ponerle energía a sus redes sociales.

Y por último lo más importante: para comprar pueden hacerlo a través de su página web en donde cada mes encontrarán en oferta “la barry del mes”. Despachan a todo Chile y los envíos en Santiago son entre 24 y 48 horas, gratis por compras sobre $15.000. Así que no queda más que… dejarse llevar.

Instagram: @barrylabarrita

Web: www.barrylabarrita.cl 


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