A la una de la madrugada del sábado 4 de diciembre, desde Punta Arenas despegaron dos aviones con 90 pasajeros rumbo al Atlántico Sur. En uno de ellos, se preparó Alejandro Arroyo Yáñez (59) -historiador del arte-, para ir tras su eclipse solar número 17.
Por: Lorna Sáenz G. / @lorisaenz
Es el único latinoamericano que ha recorrido los cinco continentes, desde que su fascinación por el Sol comenzó en el norte de Chile (Putre, 1994). Desde esa fecha ha visto eclipses en Rusia, Estados Unidos, China, Turquía, Australia, Zimbabue, Venezuela, Hungría, Indonesia o las lejanas Islas Faroe. En total ha recorrido más de 300 mil kilómetros tras la umbra.
Este año la aventura lo llevó -por segunda vez- a sobrevolar la Antártica con el objetivo de apreciar casi dos minutos de oscuridad. Un vuelo de estas características permite observar desde un solo costado del avión como la luna se interpone entre la Tierra y el Sol.
Alejandro cuenta que en este tipo de fenómenos naturales “uno puede comprobar lo mínimo que somos como especie frente a la naturaleza, que se expresa de diversas formas bajo la oscuridad de un eclipse. Se producen cambios de temperatura, mareas, en el comportamiento de los animales y sobre todo en la luminosidad, todo esto se puede apreciar al formarse la corona solar”.
Este fue el último eclipse total en esta zona del mundo, pasarán casi 30 años para que en el territorio nacional se pueda volver a apreciar algo similar.
Alejandro espera durante esta década llegar a recorrer la distancia que existe entre la Tierra y la Luna, 384 mil kilómetros aproximadamente, asistiendo a México (2024), España (2026), Egipto (2027) y Australia (2029). Serán un desafío y un sueño cumplido.